divendres, 18 de gener del 2013

De idees falses a idees vertaderes.

     La gent acostuma a tenir idees falses sobre el que li passa, situació, decisió, problema o dilema.
     Ahir mateix, una persona em diu : com ho fas per prioritzar ? He de prioritzar i no sé com fer-ho. Parlo amb ella, s'explica, escolto amb atenció i demano aclariments per entendre ben be la situació, com faig sempre en les sessions de coaching. Al capdavall, aquella persona no tenia cap problema de establir prioritats sinó d'horari i d'aprofitar el temps, això que ara s'en diu gestió del temps. Aprofitar, subratllo, significa que tingui fruït. Com que la persona no aprofita prou bé, aquest bé únic que és el temps, és veu abocat a prioritzar entre dues coses que podria fer si aprofités el temps. Ha de triar entre dues coses que li convenen i li aporten coses necessàries per ell. Naturalment, això li dóna mal estar perquè es veu abocat a deixar-ne una. I alhora esta encallat perquè la necessitat real és donar espai a les dues. Abocat a triar-ne una, com que no hi ha tria bona, queda atrapada en un dilema sense solució real. I llavors es quan expressa la situació dient : com he de fer per prioritzar ? La resposta és no prioritzant o prioritzant aprofitar el temps.
     Com deia la gent té idees falses del que li passa, o potser, descripcions falses de la situació. La meva feina consisteix en convertir les idees falses amb idees vertaderes. Sobre les idees vertaderes és possible prendre decisions encertades, sobre les falses no. Ara mateix, és possible que pensis que tens un problema, segur que el problema és aquest ? El primer pas en coaching consisteix en generar una idea correcte de la situació, una descripció fidel, un mapa de fiar.

dijous, 3 de gener del 2013

Psicologia positiva.

Extret de Emociones Destructivas. Cómo entenderlas y superarlas. Diálogos entre el Dalai Lama y diversos científicos, psicólogos y filósofos. Daniel Goleman. Editorial Kairós. Capitol 1 : Un lama en el laboratorio.

Esta decisión jalonó, a mi entender, un punto crucial de la psicología moderna que, hasta entonces, había centrado casi exclusivamente su interés en los aspectos problemáticos, anormales y ordinarios de la mente. Sólo en muy contadas ocasiones, los psicólogos –especialmente psicólogos tan importantes como Paul Ekman han dirigido su atención hacia personas que se hallan, de algún modo (no sólo intelectualmente), por encima de la media. Así fue como el anuncio de Ekman de que se disponía a abrir una linea de estudio con personas que exhibían cualidades humanas sobresalientes puso claramente de relieve esa carencia tradicional de la psicología.
Sólo muy recientemente, la psicología ha emprendido de manera explicita programas para el estudio de los aspectos positivos de la naturaleza humana. Encabezado por Martin Seligman –psicólogo de la University of Pennsylvania famoso por su investigación sobre el optimismo, comienza a advertirse la presencia de un movimiento en ciernes hacia lo que se denomina "psicología positiva", es decir, la investigación científica del bienestar y de las cualidades más positivas del ser humano. Pero, aun dentro del marco de esta psicología positiva, el proyecto propuesto por Ekman va más allá de la visión científica de la bondad y trata de determinar los límites más elevados del ser humano.
La visión científica de Ekman le obliga a ser muy concreto en torno a lo que entiende por "extraordinario". En este sentido, hay que decir que esas personas existen en todas las culturas y en todas las tradiciones religiosas –especialmente las contemplativas y que, independientemente de su religión, comparten cuatro cualidades diferentes.
En primer lugar, se trata de personas que emanan una sensación de bondad, una cualidad que los demás pueden llegar a advertir. Y no se trata de una cualidad difusa o de un aura afectuosa, sino que es un reflejo claro del verdadero estado de la persona. Y, con el fin de detectar a los posibles "fraudes", Ekman propuso "no centrarse exclusivamente en el criterio del carisma –porque hay muchas personas con una vida pública en apariencia ejemplar y una vida personal deplorable, sino seleccionar tan sólo a quienes evidencien una transparencia entre la vida pública y la vida personal".
La segunda de esas cualidades es la falta de interés personal, ya que las personas "extraordinarias" muestran una gran despreocupación por el status, la fama y el ego. Son personas a las que no les preocupa el reconocimiento de su posición o de su importancia. "Su falta de egoísmo –añade Ekman es psicológicamente muy notable."
La tercera cualidad es una presencia personal que los demás encuentran nutricia. "Son personas –explicaba Ekman con las que los demás quieren estar porque con ellos se sienten a gusto, aunque no sepan explicar bien por qué." De hecho –y aunque Ekman no lo explicitase claramente, el mismo Dalai Lama constituye un ejemplo patente en este sentido. Hay que señalar que el tratamiento tibetano con el que se le conoce no es el de "Dalai Lama", sino el de Kundun que, en tibetano, significa "presencia".
Por último, los individuos "extraordinarios" poseen "una asombrosa capacidad de atención y de concentración", algo que, en opinión de Ekman, también ejemplifica perfectamente el Dalai Lama.